Notas de un Historiador del Arte

lunes, 26 de abril de 2010

NOTAS SOBRE EL ARTESONADO DE LA TORRE DEL PALACIO DEL CONDE DE GUADIANA DE ÚBEDA

LA PERDURACIÓN DE LA CARPINTERÍA DE ARMAR EN EL SIGLO XVII

1. CONSIDERACIONES PREVIAS

Desde la Edad Media el carpintero, junto con los albañiles y canteros, fueron los verdaderos responsables de la arquitectura. De hecho, de entre estos carpinteros saldrían los alarifes1] de la ciudad, una posición que fueron perdiendo paulatinamente debido a las nuevas corrientes europeas, fundamentalmente a partir del Renacimiento, pues a raíz de la invención de la imprenta los tratados italianos se extienden por el marco geográfico europeo. Sin embargo de ésta también se sirve Diego López de Arenas para la edición de su tratado ya bien entrado el siglo XVII, donde es de suponer que recogiera algunos textos que circulaban entre los talleres de carpintería de armar más importantes del territorio español, con la intención de dignificar la posición del carpintero. Aparte del tratado de Diego López de Arenas en 1633[2], se realizan otros como el de Rodrigo de Álava en 1674.

Portada del Tratado de Diego López de Arenas

Fragmento de un manuscrito de carpintería de armar. Finales de siglo XVI

Antes de aparecer textos impresos, muy escasos, los carpinteros debieron disponer de pequeños manuscritos y hojas sueltas en las que se explicaban la forma de resolver ciertos problemas concretos. Estas se copiarían por maestros y oficiales y se extenderían entre los talleres. López de Arenas, escribe en Sevilla, el más importante de ellos o el de Rodrigo Marco, escrito en Salamanca. La ilustración que acompaña este texto corresponde a unos de esos manuscritos.

Los carpinteros andaluces debieron mantenerse con su tradicional técnica, hasta la aparición del mencionado tratado de López de Arenas. En cualquier caso, a finales de siglo XVI y durante todo el siglo XVII, los carpinteros adquieren un papel secundario, pues la arquitectura ha integrado todas las profesiones y ha organizado el trabajo de los distintos gremios bajo su amparo, integrando todas las actividades en un único diseño.


El nombre con el que actualmente se designa a este palacio se debe a que durante un determinado periodo de tiempo este perteneció a los descendientes de don Lope de la Cueva y Guzmán, primer Conde de Guadiana desde 1711 por designación de Felipe II[3]. Sería sin embargo, Toral de Peñaranda quien definitivamente adjudique los orines genealógicos de su fundación[4] a don Andrés de Ortega, Señor de Alicún, dando comienzo a las obras en la última década del siglo XVI, situando la fachada principal enfrentada al ábside de la Parroquia de San Pedro[5].

El fin primordial de la torre era mostrarse a la calle Real, por entonces la calle principal de la ciudad y eje del comercio y del tránsito urbano en los primeros años del siglo XVII. En opinión de Moreno Mendoza, la torre es una pieza esencial para la arquitectura manierista de la Comarca y se inspira en la producción de Francisco del Castillo, fundamentalmente en la fachada de la Universidad de Baeza[6].

2. LA ARMADURA DEL PALACIO CONDE DE GUADIANA COMO CULMINACIÓN DE UN ESPACIO REPRESENTATIVO

La armadura de madera de la torre del Palacio Conde de Guadiana, como otras del arte español, son un ejemplo interesante debido a la complejidad técnica de este tipo de piezas y la enorme carga significativa que ha llevado aparejada al tratarse de un elemento constructivo de estética esencialmente española. En este caso, el interés ha sido muy escaso, ningún autor la menciona, quizá ensombrecida por la enorme fuerza arquitectónica, decorativa y representativa de esta torre, de tal forma que la bibliografía en torno a ésta pieza es inexistente.

La formidable torre cúbica del Palacio Conde de Guadiana de Úbeda, culmina con un mirador de tradición vandelviriana, que se cubre con una techumbre a cuatro aguas de sección cuadrada y tejas de cerámica vidriada de tradición alfarera ubetense[7]. Así, la armadura de madera con la que se corona interiormente este edificio, se realiza a través de esta tradicional técnica constructiva española, donde la carpintería de lo blanco se vincula estrechamente con la geometría de las techumbres que a través de paños han dado como resultado esta armadura de par y nudillo con lima, de cuatro paños y de planta cuadrada, formándose calles entre las limas que integran los faldones. El almizate es también de planta cuadrada.

Vista general de la armadura de madera de la Torre del Palacio del Conde de Guadiana: faldones de par y nudillo con lima y almizate

La armadura, para contrarrestar los empujes, presenta en sus cuatro ángulos unos tirantes con fina moldura en su parte inferior y superior sobre canes decorados de carácter clasicista.

El conjunto se remataba en los vértices, tanto de la planta de la armadura como del almizate, con unos sencillos escudos a modo de cartelas. De los cuatro escudos que se situaban en los vértices del almizate se conservan todos, y se encuentran decorados con cruces alusivas a varias órdenes religiosas. Por el contrario, de las cuatro cartelas con los que contaba la parte inferior, solo han llegado hasta hoy dos de ellas[8], uno con la inscripción “ACA” y el otro “BOSE EN”, en referencia a lo que pudo ser la fecha de la finalización de la armadura (ACA-BOSE EN...) y desafortunadamente incompleta actualmente debido a la pérdida de dos de estas cartelas.

Cartela con la inscripción “ACA”

[vértice Noroeste de la armadura]

Cartela donde aparece la inscripción “BOSE EN”

2.1. Sobre las posibles autorías de la armadura. Un trabajo gremial

Aventurarse a dar unas autorías certeras sobre la traza de la armadura de la torre del palacio del Conde de Guadiana es tarea complicada una vez que ningún documento aporta datos ni nombres concretos. En este sentido se debe investigar el entorno artístico y material de las primeras décadas del siglo XVII en la ciudad de Úbeda para entender la razón de ésta carestía de datos.

Como ya ha quedado señalado en epígrafes anteriores, las manifestaciones artísticas que se suceden en Úbeda en esta primera mitad de siglo XVII están sujetas a una fuerte tradición que ha divulgado composiciones y costumbres, fundamentalmente en la arquitectura palaciega privada, hecho que, como más adelante se señalará, se trasmite a todos y cada uno de los elementos que forman parte de la producción artística del Siglo de Oro: la clientela, con su idiosincrasia e imposiciones estéticas; los artífices, por los sistemas de aprendizaje a los que están sometidos y por su escasa preparación en más casos de los deseados; las formas de contratación, que lo atan todo hasta el más mínimo detalle; y finalmente, una situación económica no demasiado próspera[9]. Así, lo tradicional no viene exclusivamente de la mano de la clientela sino de los artífices que se encuentran dentro de un fuerte sistema gremial o familiar, y dentro de un sistema de enseñanza que ofrece pocas posibilidades de cambio y movilidad geográfica, generando lo que Almagro García ha calificado como “continuismo estilístico”[10], algo normal dentro de la organización gremial, pero más fuerte en disciplinas, como la cantería, la albañilería o la carpintería, sobre todo si esta se vincula a otras artes. El aprendizaje se efectúa dentro de talleres ajustándose a un contrato base donde se recogen tres tipos de acuerdos: la enseñanza del oficio, la manutención del alumno y las responsabilidades en el incumplimiento de lo anterior[11].

En este sentido dentro de la arquitectura se hayan vinculados otros oficios que forman parte del proceso constructivo, pues a las acepciones de maestro de cantería o de albañilería hay que añadir otras profesiones atribuidas a estos mismos profesionales que remiten a diversas funciones dentro de una obra arquitectónica: arquitecto, maestro mayor, maestro arquitecto, maestro de obra, labrante o alarife. Respecto a esto último dice Covarrubias[12] sobre el arquitecto «…vale tanto como maestro de obras…da las traças en los edificios y hace las plantas, formándolo primero en su entendimiento». Y da como instrumentos «compás, regla, saltarregla, tirador, pluma, papel, escuadra, nivel perpendículo». Además su trabajo consiste en «estudiar, traçar dibuxar, plantar, delinear»[13]. Similar definición es utilizada por Diego López de Arenas en su Breve compendio de la Carpintería de lo blanco y tratado de alarifes[14], y como tal se ajusta, en funciones y materiales, a las tareas e instrumentos que utiliza un maestro en la traza de la carpintería de armar.

Estas funciones definidas por Covarrubias como propias de un arquitecto se desarrollan en Úbeda a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII, a caballo entre las propuestas vandelvirianas y los tratados posteriores, como el referido de Diego López de Arenas.

No cabe duda que la construcción del Palacio del Conde de Guadiana requirió de una compleja organización y de unos especialistas dentro de una complicada red de actuaciones que englobarían tracistas, labrantes, tejeros, herreros y carpinteros, donde encontramos a Pedro Cabo “el Viejo” a Pedro Cabo “el Mozo”, a Martín López de Alcaraz, a Pedro de Alarcos, a Juan de Anguís o a la familia Zayas, que son contratados por la familia Ortega y Porcel[15] para el levantamiento de su palacio, además de estar activos en la ciudad gremios de diversas disciplinas que colaboran en las obras realizadas en la Úbeda del primer tercio de siglo XVII. En este aspecto, no cabe duda de que la armadura de ésta torre-palacio pudo integrarse dentro de estas obras globales, de ahí que no se haya encontrado una autoría certera.

Sin embargo, gracias a la labor investigadora de Antonio Almagro García[16], si se tiene noticias de los carpinteros y entalladores activos en este periodo en la ciudad, que trabajan habitualmente con los artistas implicados en esta obra. Son los carpinteros Diego de Alarcón y Mesa y Jorge Ruiz Cristino, que aparecen habitualmente asociados en las obras que el maestro Pedro Cabo realiza en la ciudad[17], pero se debe tomar con cautela la participación de estos carpinteros en la esta obra, pues hasta la fecha no se ha hallado documentación alguna.

2.2. La heráldica como instrumento accesorio para la datación de las armaduras de madera

La identificación y la comparación de los diversos escudos heráldicos que abundan en este palacio, espacialmente en la torre debido al carácter propagandístico de la misma, constituyen un dato más para la investigación histórico-artística de la armadura de madera que se analiza en el presente estudio, ya que algunos elementos heráldicos tienen su reflejo en dicha armadura, lo que permitirá una aproximación más certera en cuanto a su datación cronológica.

Este fuerte referente simbólico de la torre hay que buscarlo en una tradición iniciada en el siglo XVI donde conviven los referentes urbanos con el trazado urbano de la ciudad mudéjar. Para la ciudad los símbolos nobiliarios tienen una fuerte presencia durante los siglos XVI y XVII, acorde con el estamento privilegiado dominante en la ciudad[18], la nobleza, quienes también habían heredado la tradición política hispana de la restauración del imperio cristiano, idea que todavía perdura en la ciudad durante el siglo XVII y que se basaba en la filosofía humanista de la “Universitas Cristiana”, donde tiene especial relevancia el elogio del caballero cristiano. No es de extrañar que esta idea, basada en el “Enquiridion militis christiani”[19], permaneciese en la mentalidad de don Antonio Ortega, pues desde una visión simbólica del Mundo Clásico como arquetipo de perfección humana, se interpreta una nueva realidad cristiana, por esa razón son tan importantes para estos linajes las Órdenes Militares, pues constituyen el medio para la consecución del perfecto caballero cristiano.

Retrato de Pedro de Barberana y Aparregui. Diego de Velázquez, 1631. Kimbell Art Museum de Fort Worth. Texas.

El Señor de Alquezar aparece vestido como caballero de la Orden de Calatrava representando a la perfección la esencia del caballero cristiano (Enquiridion militis christiani) durante el Barroco, lo que es útil para entender la mentalidad de D. Antonio de Ortega y Porcel.

La familia Ortega y Porcel es el linaje que levanta este edificio y todo el discurso simbólico gira en torno a éste, a cuya cabeza se sitúa don Martín Alonso de Ortega, Alcalde y Comendador de Santiago en 1487, por eso parece importante partir de las armas de este linaje: Un castillo sobre una roca con dos escalas a los lados y un letrero en cada escala que dicen la una “de moros” y la otra “de cristianos” y una ala de donde sale un brazo con una espada en la mano y encima del castillo una cruz de calatrava y todas estas armas están en campo de oro. Esta descripción está tomada por Toral de Peñaranda del expediente para las pruebas para el ingreso en la Orden de San Juan de Malta de uno de los descendientes de la familia, Manuel de Ortega y Porcel[20]. Este escudo se haya labrado, aparte de en la fachada principal, en la torre junto al de los Porceles, y en un lugar más modesto los de Molina, Messia, Sotomayor, Cobos y Santa Cruz, otros linajes emparentados con los Ortega.

En este sentido se haya una evidente vinculación de algunos componentes de este linaje a tres órdenes militares fundamentales: La Orden de Santiago, la Orden de Calatrava y la Orden de San Juan de Malta, hecho por el cual los escudos que aparecen en la armadura, en los vértices del almizate, representan las cruces que identifican estas tres Órdenes.

ENLACES MATRIMONIALES DEL LINAJE ORTEGA RELACIONADOS CON EL PALACIO

D. Martín Alonso de Ortega (1487)

[Comendador de la Orden de Santiago]

Dª Ana Ruiz de Molina

D. Martín de Ortega

[El Capitán]

Dª Leonor de Medina

D. Antonio Ortega

[El Regidor]

Dª Catalina Porcel

[La Comendadora. Orden de Santiago]

D. Manuel Ortega y Porcel [Ingresó en la Orden de San Juan a finales S. XV]

Andrés de Ortega y Porcel

[1591. Compra del solar]

Dª Isabel de Valencia

D. Antonio de Ortega

CONSTRUCTORES DE LA TORRE 1611-1615

Dª Beatriz Vela de los Cobos

D. Martín de Ortega

[primer Señor de Alicum]

Dª María Jacinto Messia

D. Antonio Ortega Porcel y Messia

Dª Catalina Victoria Porcel

D. Andrés de Ortega-Porcel

[Caballero de la Orden de Calatrava]

Luisa Antonia Messia

D. Luís de la Cueva

[1711Caballero de Santiago

2º Conde de Guadiana]

Dª Catalina Victoria de Ortega





La situación de los escudos de las órdenes militares vinculadas a la familia Ortega y Porcel en ésta estancia es lógica, una vez entendida la finalidad propagandística de este edifico: un espacio que actuaba a modo de balcón a la calle principal de la ciudad donde a menudo tenían lugar los acontecimientos más importantes de la ciudad. En este caso era habitual recibir visitas de otros personajes influyentes para los actos de representatividad de la ciudad, por lo tanto mostrar una estancia noble era esencial, para ello se sirve de la armadura de madera, que como ya ha quedado señalado constituye una tradición dentro de los postulados renacentistas que aún perduran en Úbeda a principios de siglo XVII.

Sin embargo, aún es más curioso comprobar que la armadura culmina con los títulos de raíz religiosa más importantes de la familia que responden a las órdenes militares. Su colocación en lo más alto de la torre no debe pasar desapercibido en este aspecto, si se tiene en cuenta que por encima del mundo de lo material y humano se haya el mundo espiritual, donde mostrar la militancia de caballero cristiano es fundamental.

Pero estos escudos además tienen su correspondencia en algunos elementos de la torre, donde estípites antropomórficos, que flanquean las ventanas, portan medallones que hacen referencia a estas mismas órdenes Militares.

Estípite antropomórfica con la cruz de Calatrava

[Primer cuerpo de la torre, 1612-1614]

Estípite antropomórfica con la cruz y vera santiaguista

[Primer cuerpo de la torre, 1612-1614]

Estípite antropomórfica con la cruz de Malta

[Primer cuerpo de la torre, 1612-1614]


[1] El cargo de alarife (o alamín) se nombra por el Concejo, reunido en sesión plenaria, exclusivamente entre maestros albañiles de prestigio en la ciudad durante un periodo concreto (generalmente un año), con las funciones de vigilar las obras, realizar informes sobre el estado de conservación de los edificios y asesorar sobre cuestiones de arquitectura.

[2] LÓPEZ DE ARENAS, Diego. Breve compendio de la Carpintería de lo blanco y tratado de alarifes, con la conclusión de la regla de Nicolás Tarraglia y otras cosas tocantes a la ieometria y pvntas del compas. Impreso en Sevilla por Luis Estupiñán, 1633. TOAJAS ROGER, M. A. “Un manuscrito inédito de arquitectura y carpintería del siglo XVII: El « Breve compendio y tra(ta)do de lo blanco» de Rodrigo Alva (1674)”. Anales de Historia del Arte, nº 1, Servicio de Publicaciones e la Universidad Complutense, Madrid, 1989, pp. 181-195

[3] MORENO MENDOZA, A. Úbeda renacentista. Madrid: Electa, 1993. p. 143

[4] TORAL DE PEÑARANDA, E. “Estudios de heráldica ubetense. El Palacio llamado « Torre del Conde»”. Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, pp. 31-45. “Historia del linaje ubetense de Ortega”. Boletín del Instituto de Estudios Giennenses. Julio-septiembre, 1995, nº 154, pp. 7-87

[5] La familia Ortega Porcel y Ortega Messia, eran descendientes de un Martín Alfonso de Ortega que en 1487 había adquirido una larga serie de adquisiciones, casas y solares, en la colación de San Pedro. TORAL DE PEÑARANDA, E. “Historia del linaje ubetense de Ortega”. Boletín del Instituto de Estudios Giennenses. Julio-septiembre, 1995, nº 154, pp. 7-87

[6] MORENO MENDOZA, A. Úbeda Renacentista... p. 145.

[7] RUIZ FUENTES, V. M. “La cerámica renacentista ubetense: apuntes al estudio de su producción y difusión”. Actas de las I, II y III Jornadas Internacionales de Humanismo y Renacimiento: Úbeda, septiembre de 1993 y mayo 1994). Jaén: UNED, 1996.pp. 333- 350

[8] Uno de ellos fue hallado entre los escombros acumulados bajo la armadura durante las labores de investigación de campo.

[9] ALMAGRO GARCÍA, A. “Tradición, innovación y decadencia en el arte ubetense de la primera mitad del siglo XVII”. MORENO MENDOZA, A.: Úbeda en el siglo XVI. Jaén: Fundación Renacimiento y El Olivo, 2002. p. 371

[10] Ibidem. p. 377

[11] Ibidem. p. 378

[12] COVARRUBIAS, S. Tesoro de la Lengua castellana o española. Barcelona: Alta Fulla, 1987,

[13]Ibidem. p. 141

[14] LÓPEZ DE ARENAS, Diego. Breve compendio de la Carpintería de lo blanco y tratado de alarifes, con la conclusión de la regla de Nicolás Tarraglia y otras cosas tocantes a la ieometria y pvntas del compas. Impreso en Sevilla por Luis Estupiñán, 1633 [recurso electrónico]

[15] ALMAGRO GARCÍA, A. Artistas y artesanos en la ciudad de Úbeda durante el siglo XVII. Jaén: Universidad de Jaén, 2003, p. 79

[16] Idem

[17]ALMAGRO GARCÍA, A. Artistas y artesanos en la ciudad de Úbeda durante el siglo XVII. Jaén: Universidad de Jaén, 2003, p. 79

p. 81

[18] MONTES BARDO, J. La sacra Capilla del Salvador: Arte, Mentalidad y Culto….p. 26

[19] ERASMO: El Enquirion o manual del caballero cristiano y la Paraclesis o Exhortación al estudio de las Letras Divinas. Madrid, 1971.

[20] Idem.

martes, 19 de enero de 2010

DECLARACIÓN DE BAEZA: ASOCIACIONES E INDUSTRIAS CULTURALES

Este documento es producto de las reflexiones y propuestas elaboradas en el marco de las Jornadas sobre Patrimonio Histórico: Asociaciones e Industrias Culturales, celebradas en Baeza del 26 al 28 de Noviembre de 2009, organizadas por el Seminario Permanente de Patrimonio Histórico de la Universidad Internacional de Andalucía. No obstante, se trata de un documento abierto a nuevas adhesiones y que esperamos sea la base de nuevas formas de colaboración, participación e intervención en el patrimonio histórico y cultural.

Los abajo firmantes

Partiendo de la necesidad de estrechar el vínculo entre el Patrimonio y la Sociedad como base para una mayor concienciación sobre la necesidad de preservación de los bienes y espacios culturales;

Entendiendo que el desarrollo de actividades participativas en torno al patrimonio histórico, respetuosas con las necesidades de protección y conservación, permiten a los ciudadanos el disfrute de los bienes patrimoniales, su conocimiento y valoración;

Considerando, que la LEY 14/2007, de 26 de noviembre, del Patrimonio Histórico de Andalucía, no reserva ningún papel a la ciudadanía organizada, más allá de su posible condición de particular afectado en sus derechos por la catalogación de algún Bien de Interés Cultural, o la colaboración ciudadana establecida en el artículo cinco y materializada en la obligación de comunicar a la Administración competente las acciones o circunstancias que supongan peligro de destrucción o deterioro en un bien integrante del Patrimonio Histórico Andaluz;

Valorando como el principal activo de la Asociaciones, su capacidad de generación de debate y de movilización, creando conciencia social sobre la necesidad de proteger y defender el patrimonio; pidiendo a la administración o administraciones su intervención en el ámbito de sus competencias legalmente establecidas; y por último, informando cuando sea necesario a los medios de comunicación de las amenazas a las que se enfrentan determinados bienes integrantes del Patrimonio Histórico Andaluz, colaborando incluso en descubrir a los responsables por acción u omisión de dicha amenaza;

Rechazando la consideración del Patrimonio como un freno y un lastre para el desarrollo y el crecimiento de los territorios;

Destacando que la existencia de determinados bienes no crea por sí mismo sentido cultural para el territorio, puesto que la presencia de bienes patrimoniales que no generan dinamismo, participación ni conocimiento ciudadanos, suponen el mantenimiento de patrimonio muerto y en consecuencia en peligro;

Habiendo constatado que la consideración del patrimonio como bien compartido, supone que todos los ciudadanos, como integrantes de asociaciones vinculadas al patrimonio o como profesionales de su gestión y difusión, pueden aportar y sumar esfuerzos para lograr una mayor concienciación de administraciones y agentes sociales en torno a la adecuada gestión del patrimonio;

Presentamos la Declaración de Baeza con la pretensión de incitar a la reflexión a los agentes culturales de los tres sectores (público, privado y tercer sector) y a los ciudadanos interesados. Creemos que puede ser la base de acciones que incorporen a su proceso de gestión a otros grupos del territorio, tejiéndose redes que tengan incidencia en los modelos culturales de Andalucía, revirtiendo todo ello en la consecución de una ciudadanía más identificada con su patrimonio, más conocedora del mismo y más consciente de la necesidad de su protección.

Para todo ello, proponemos y señalamos:

  1. Que el patrimonio es un bien social y por tanto la protección del mismo compete a toda la ciudadanía, la cual debe participar en la planificación integral del mismo, a través de estructuras formales organizadas para tal efecto;

  1. La consideración del Patrimonio como un recurso para el desarrollo territorial, siendo de hecho un importante activo para la instauración de un nuevo modelo de crecimiento sostenible basado en la cultura, en la creatividad y en la participación y relación no destructiva de los ciudadanos con su entorno;

  1. Que en relación con la defensa y protección del Patrimonio, la labor que pueden hacer los ciudadanos es mucho mayor que la reconocida por la legislación y la práctica de la gestión patrimonial, tras haber comprobado que las experiencias y la casuística desarrollada en Andalucía en esta materia es rica y variada. Asimismo sería conveniente la definición de nuevas figuras como el paisaje cultural, reconocidas en ámbitos internacionales, que evitaran actuaciones no deseadas;

  1. Dotar de mayor relevancia y oportunidades al sector privado, asociativo y empresarial, en la gestión del patrimonio, haciéndolo participe en el diseño de la políticas patrimoniales y en la toma de decisiones sobre su desarrollo, incluyendo al mismo en las comisiones y consejos sectoriales de carácter patrimonial;
  2. Poner en el centro de los proyectos culturales a los ciudadanos, destacando que el patrimonio y sus usos deben tener como uno de sus principales objetivos la mejora de la calidad de vida a través de la praxis cultural compartida;

  1. Que los espacios patrimoniales deben ser espacios creativos que activen y hagan visibles los procesos sociales, de manera que constituyan para los visitantes una experiencia de calidad y para los vecinos supongan un espacio cotidiano generador de identidad y de emprendimiento personal y empresarial;

  1. Que al medir la calidad del patrimonio y su gestión, se tenga en cuenta, además del nivel de conservación o lo que supone para el estudio académico, su aportación para la creatividad, el intercambio, la comunicación, la solidaridad, la expresión y la creación; en definitiva, que se valore la participación activa y no de mero visitante;

  1. Que el patrimonio debe constituirse en uno de los ejes principales de la educación, tanto reglada como no reglada, que abarque la totalidad del desarrollo vital del ciudadano;

  1. Explorar nuevas vías de comunicación y conocimiento del patrimonio, apoyándose en programas específicos de concienciación, vinculándolos al ocio activo y participativo acorde con la pretensión de desarrollar modelos de formación continua de la ciudadanía;

  1. El legítimo uso turístico del patrimonio, como campo con múltiples posibilidades de expansión, a través de propuestas creativas que no supongan necesariamente repetir lo esperado o teóricamente demandado, pues la sociedad actual es dinámica y activa pero demanda otras vías de acercamiento al patrimonio compatibles con sus inquietudes e intereses;

  1. La consideración de los presupuestos dedicados a cultura como una inversión generadora de beneficios sociales, económicos, culturales y educativos;

Nos comprometemos:

  1. Como Asociaciones de Defensa, Protección y Dinamización del Patrimonio, para garantizar la mayor eficacia de nuestras acciones, el impacto de las campañas y el éxito de los objetivos perseguidos, a trabajar para el establecimiento de redes de colaboración entre todas las entidades de esta naturaleza que operan en el territorio andaluz, permitiendo así el intercambio de experiencias, el análisis de casos de éxito, y sobre todo la colaboración a través de la movilización de la base asociativa y su red de contactos;

  1. Como Asociaciones y empresas, a esforzarnos en alcanzar alianzas estratégicas con todos aquellos sectores y colectivos que puedan estar interesados en la conservación del patrimonio, por la riqueza, recursos e identidad que la existencia de este y sus usos pueda aportar al territorio, y por las oportunidades que deben poder ver en la configuración de un territorio vivo culturalmente;

  1. En nuestros proyectos educativo-patrimoniales, a favorecer el contacto con el patrimonio como algo dinámico, que permita poner en relación lo observado y aprendido con otros conocimientos y experiencias, haciendo todo ello compatible con la protección y conservación de los bienes y espacios patrimoniales;

  1. Al divulgar el patrimonio a través del turismo, a asumir como empresas nuestro papel de mediadoras, y volcar los mayores esfuerzos en la labor de acompañamiento en el acontecimiento vivencial que debe ser la visita y el conocimiento del legado histórico;

  1. En el ámbito de nuestras responsabilidades, a trabajar en la búsqueda de la calidad, con proyectos innovadores y creativos, esforzándonos en la formación continua, generadora de mayor capacitación y profesionalización; así como en la redacción de los reglamentes correspondientes;

Y finalmente demandamos

Para lograr todo lo anterior, un cambio de enfoque a los responsables de la gestión de espacios patrimoniales, para que sean capaces de abrirse a nuevas propuestas y formas de participación que podamos hacerles desde el sector privado y asociativo, de manera que el indiscutible respeto al espacio no anule las posibilidades de interacción y de diálogo transversal con el mismo por parte de los ciudadanos.

Baeza (Jaén), el 28 de noviembre de 2009

ASOCIACIONES Y EMPRESAS FIRMANTES

  1. Asociación Aguivo (Asociación de Guías Voluntarios de Jaén y Provincia), representada por su presidente, Andrés Rodríguez García. (Jaén).
  2. Asociación Amigos de los Íberos, representada por su presidenta, Pilar Palazón Palazón (Jaén).
  3. Asociación Aula Gerión, representada por su presidenta, Ana Gómez Díaz-Franzón. Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).
  4. Asociación Cilniana para la Defensa del Patrimonio de la Costa del Sol Occidental, representada por su presidenta, Catalina Urbaneja Ortíz. Marbella (Málaga).
  5. Asociación Plaza Vieja. Úbeda (Jaén), representada por Cecilia Antonelli Gascón.
  6. Asociación Dip-Arte. Asociación para la Difusión del Patrimonio y el Arte. (Granada).
  7. Asociación Málaga Monumental. Defensa y Protección del Patrimonio, representada por Salvador García Aranda (Málaga).
  8. Asociación Oxímoron, representada por su presidente, Rafael Burgos Lucena (Granada).
  9. Asociación Puente del Rey de Alhaurín de la Torre, representada por su presidente, José Manuel de Molina Bautista. (Málaga).
  10. Estudio Puerta de Tannhauser, S.L., representada por José Lucas Chaves Maza (Sevilla).
  11. Hespérides Gestión Cultural, representada por María Cristina Uyá Martín de Castro (Cádiz).
  12. Espiral, Animación de Patrimonio S.L., representada por María Isabel Rodríguez Achútegui (Sevilla).
  13. Centro de Innovación Educativa Huerto Alegre, representada por Mª Luz Díaz Guerrero (Granada).
  14. GECA (Asociación de Gestores Culturales de Andalucía), representada por su presidente, Rafael Morales Astola.

CIUDADANOS FIRMANTES

  1. Aguado Padial, Cristina.
  2. Aguilera Amaro, Aida.
  3. Cambil Hernández, María Encarnación
  4. Campos Abejón, Paula.
  5. Campos Melero, Rafael.
  6. Carballo Barazal, Jaime.
  7. Castillo Contreras, Sonia.
  8. Chaparro Cabezas, Juan Pedro.
  9. Cortés García, Manuel.
  10. Cruz Rodríguez, Alcázar
  11. Cruz Ruiz, Francisco.
  12. Cuesta Urbano, Antonio.
  13. Curiel Palomares, Fernando.
  14. Díaz Cid, Rafael.
  15. García Jiménez, Wenceslao.
  16. García Ortiz, Nieves.
  17. García Sánchez, María Isabel.
  18. Garrido Curiel, Filomena.
  19. González Cruz, Álvaro Andrés.
  20. Gónzalez Quesada, Ángela.
  21. González Mota, José Luís.
  22. Guasch Marí, Yolanda.
  23. Gutierrez Carrillo, María Lourdes.
  24. Hernández Ríos, María Luisa
  25. Herrera Barragán, María.
  26. Iglesias Precioso, Martín
  27. Lendínez López, Isabel
  28. Lombardo Montero, Irene
  29. López Guzmán, Rafael
  30. López Obregón, Ana Cabrera.
  31. Lorite Cruz, Pablo Jesús.
  32. Machuca Murga, Salud.
  33. Marañón Lizana, Elena
  34. Márquez Real, Manuel Jesús.
  35. Martín Contreras, José Carlos.
  36. Martínez Pérez, Alejandro.
  37. Martínez Sanblás, Felita.
  38. Molina Reyes, Blas.
  39. Moral Jimeno, María F.
  40. Orta Lozano, Beatriz.
  41. Ortega Ruiz, Antonio.
  42. Parrilla Sánchez, Juan.
  43. Pérez Córdoba, Gloria.
  44. Puche Almonacid, Carmen.
  45. Quesada Alcántara, María Isabel
  46. Quiles Perea, José Antonio
  47. Rodrígez Achútegi, Maribel
  48. Serna Conejero, María Antonia.
  49. Sevilla Ramos, Dolores.
  50. Valderrama Salas, Franciso José.
  51. Villafranca Jiménez, Rafael.
  52. Zardoya Loureda, María Victoria